24.2.08
cita revolucionaria
-Se nos acusa de ser demasiado "desinteresados". Es cierto. Frecuentamos la teoría más que los hechos. Pero echarnos esto en cara quiere decir que hay una grave ruptura entre el pensamiento y la acción. Quiere decir que yo, como estudiante de sociología, puedo leer libremente a Marx, a Engels, a Bakunin, al Che Guevara y a Marcuse, sólo si acepto que una vez que salga de la Universidad debo renegar de todo lo que he aprendido y aceptar como borrego mi situación prevista en una sociedad ordenada para siempre y sin mi consentimiento, una sociedad en la que mis conocimientos críticos no poseen la menor importancia y nada pueden cambiar. La Universidad debe ser un centro crítico, el germen del cambio. Nuestra sociedad en cambio es acrítica y rechaza el cambio. ¿Cuál puede ser mi destino? ¿Renunciar a mis ideas, admitir que son un sarampión juvenil y aceptar los hechos inconmovibles de una sociedad momificada, convirtiéndome yo mismo en momia, sentado hasta mi muerte en un consejo de administración capitalista o en una oficina burocrática? ¿O convertirme en profesor para seguir enseñando, sin traicionarme, las ideas revolucionarias a una nueva generación que a su vez deberá renegar de ellas para encontrar una plaza remunerada en la jerarquía del orden? ¿Qué clase de educación es esta, camarada? ¿Cómo podemos romper este círculo vicioso? El hecho es que estamos aprendiendo una teoría desinteresada para sacrificarla después ante una sociedad interesada. La teoría nos revela la insuficiencia y la injusticia de la sociedad. Si somos fieles a nuestras ideas debemos transformar la sociedad a imagen de ellas. De eso se trata, en el fondo, cuando hablamos de reforma universitaria.
Carlos Fuentes, "Los 68", capítulo dos: París: La Revolución de Mayo.
es como para pensar largamente.
20.2.08
escena I
Ella: -Creo que te odio.
Él: -Yo también lo creo. Me odiás y me querés. Te enamorás de mí y me detestás.
- Es inconducente, ni bueno ni malo: terrible.
- No me mires más entonces.
- No te veo pero te escucho. Ese es el problema. Un tiro en los tímpanos me voy a pegar.
- No te lastimes.
- Ya estoy lastimada, no te hagas el que te importa mi lastimadura porque la lamés con lengua áspera y saliva ácida y duele más que antes.
- ¿Por qué no te atás las cuerdas vocales también?
- ¿No querés seguir escuchándome?
- No. Cuando te gana la parte del odio, no. Vos también me lastimás. Y prefiero cuando me querés.
- Te quiero.
- Ya sé.
18.2.08
lunes
16.2.08
¿Pertenencias innecesarias?
15.2.08
durante 48 hs esto fue lo que pasó
14.2.08
sobre la música
por ejemplo, escuchen a mi persona favorita cantar: http://www.myspace.com/esetalsietecielos y sean más felices.
12.2.08
Hoy
- Desconfío de los relojes
- No escribo para nadie más que para mi memoria
- Me gustaría que alguien me escriba una canción así:
Tan solo estoy esperando
que se moje más la luna
pa' que refleje más
el agua que limpia tus arrugas.
Deberías ver mi cara llorando de alegría
al verte sonreir lavando la ropa sucia.
Llevame a pasear con vos
dame un poco de tu amor
llevame a algún lado.
Yo llevaré tu imagen
como tatuada en mis ojos
pa' no olvidarme más
de tu humanidad tan grande.
Y corramos el camino
sin miedo a mirar los pozos
lleguemos al lugar,
aquel que no observa nadie.
Llevame a pasear con vos.
Lisandro Aristimuño.
todas las canciones de amor tienen una inspiración real.
11.2.08
crónica de una noche en buenos aires
8.2.08
son tres pero hay más
no tv, no nothing
5.2.08
cuando lo tenés no lo disfrutás tanto como cuando estás de camping
- la cama: sábanas limpias donde uno se acuesta con los pies limpios y descansa sin raíces que molesten, sin frió, sin dolor en todos los puntos de la espalda y los costados.
- el baño: entero, todo. el inodoro donde te sentás sin asco, el papel higiénico que gira en su hueco en la pared, la ducha, caliente, fácil de regular, que proporciona una buena cantidad de agua para sacar la buena cantidad de mugre que se nos pega al cuerpo, el hecho de bañarse descalzo, sin ojotas de por medio, las toallas limpias y suaves, sin olor a humedad, sin color marroncito, bañarse despacio, sin apuro, sin sufrimiento y con mucha mucha agua.
- la ropa limpia: tener una remera limpia en el día 15 de viaje es todo una hazaña. alguna que escapó a las manos adentro de la mochila y que quedó ahí sin usar. pero ni siquiera esa que todavía no sufrió sobre mí durante días y días seguidos tiene el aroma que debería tener a laverrap, a jabón en polvo, a chuavechito. ni siquiera esa porque adentro de la mochila todo se contagia del mismo olor a sucio sin que podamos hacer nada por evitarlo.
- las sillas: sentarse en algo que tenga respaldo es una gloria. es la comodidad en sí misma. es algo absolutamente necesario después de horas y horas sentados en el piso, espaldas encorvadas, culos doloridos, piernas dormidas. un buen reemplazo era encontrar un arbolito donde apoyarse, pero nada, nada como una buena silla.
- la carne: la vida de camping gasolera, donde los gastos tienen que recortarse y donde todo lo que se ahorra en comida se gasta en alcohol implica un régimen casi vegetariano. sin contar los sánguches de milanga de alguna que otra vez, en un mes de viaje comí una vez carne (unos churrasquitos bastante apestosos), una vez chori (gracias amiguitos) y una vez pollo (arroz con pollo, delicia). el resto de los días las comidas eran puro hidrato de carbono (fideos, arroz, polenta) y mucha verdura y fruta. por suerte tengo una amiga genia total que cocina como los dioses y era un placer comer esos guisitos de lentejas, esa polenta con salsa y queso rallado, los arroces con verduras. y además como bien dice el dicho "cuando hay hambre no hay pan duro" y cualquier cosa calentita a las 11 de la noche salía como piña. ¡pero qué bueno que fue que papá me recibiera con un asado!
- hablar por teléfono: entre otras cosas que aprendí o finalmente admití de mí misma disfruto mucho el hablar por teléfono. a tal punto que allá, muchas veces sin señal y donde una llamada era despilfarrar dinero, me encontré pensando en mi celular y diciendo "ojalá que alguien me llame, cualquier persona, aunque sea equivocado, así charlo un poquito con alguien vía telefónica". así que cuando sonaba finalmente era un buen momento. un muy buen momento.
- música muy alta: había unos parlantitos que te permitían escuchar música estando a 5 metros a la redonda. pero no hay nada tan placentero como poner el volumen del equipo de tu casa a todo lo que da. y que los vecinos se quejen y que vos disfrutes sin parar. es muy distinto además escuchar música con auriculares, donde sólo vos podés disfrutarla, donde no encontrás ninguna complicidad con nadie: ni para cantar un estribillo, ni para hacer una coreografía, ni siquiera un gesto que quien no escucha lo que vos sí nunca va a llegar a entender.
creo que estas fueron las cosas de la civilización que más necesité. placeres de todos los días que no solemos apreciar, pero que cuando faltan se hacen notar. nada de cosas sofisticadas: no pedía ni un dvd, ni una tele, ni un aire acondicionado. solo estas cositas. y ahora ¡a hartarme de usarlas se ha dicho!