30.6.10

patatús

todos los días alrededor de las 11 de la mañana la impresora en mi trabajo deja de funcionar. por ende producir es al pedo porque queda todo en la máquina y no se puede hacer circular (claro, otra excusa más para la improductividad laboral).
sin embargo, en mi oficina se trabaja bastante bien. trabajo en lotería nacional y vivo en carne propia la desconfianza del público hacia el trabajo en el estado. hay un señor que llama cada dos o tres semanas para saber en qué anda su expediente (reclama un premio que supuestamente ganó y la empresa que organizó la promoción dice que no) y pide siempre hablar conmigo. asumo que no me cree del todo cuando le digo que el expediente está siendo trabajado, que ahora está esperando que la susodicha empresa conteste las intimaciones. lo que aprendí es que nunca más le doy mi nombre a nadie que llame a mi trabajo para que no jodan a mí.