1.3.10

diminutos

la naturaleza nos crea. la naturaleza nos alimenta. la naturaleza puede destruirnos
un terremoto, un terremoto en chile, me dicen el sábado a la mañana. "ah..." respondo. un terremoto, ni siquiera me llego a imaginar qué es eso. qué se siente cuando el suelo se vuelve inestable y la fuerza de gravedad actúa con toda su furia. qué significa tener que correr abajo de un marco de una puerta, alejarse de los vidrios y taparse la cabeza pidiéndole a cualquier dios que por favor se termine. no me lo imagino y entonces lo siento lejano, aunque haya pasado acá nomás, al lado.
ayer conocí a una parejita de chilenos que vive acá. a la gente que está triste hay que darles azúcar, me dijo mi prima cuando los invitó a dominguear con nosotros. y sí, hay que darles risas. ellos nos contaron lo que se siente vivir esperando el temblor y que de repente llegue. pensar cada día que quizás hoy sea el día. fue bueno que haya sido de noche, cuando las familias están juntas, nos dijeron. sus casas no existen más. la tierra se las tragó, o las tiró, da lo mismo. conocer a esas personas me acercó a la realidad, dejé de sentirla ajena y la empecé a sentir más propia. y mi prima me dijo "eso es viajar también, empezar a sentir todo más propio".
lo común a todas las personas es lo indestructibles que nos creemos, pero lo endebles que somos en realidad

2 comentarios:

perez dijo...

Ayer, cuando estábamos teniendo esa charla en la que dije la boludez ésa de los viajes, sentadas en almohadones, a la luz de los ñoquicitos de colores, sentí que mi casa era muy hermosa y que ese momento también. Primas 1, Domingazo 0.

malegría dijo...

ninguna boludez perez, sabiduría total
ahora a mí me hace falta comprobarlo empíricamente, como buena cientista social