20.3.10

pagué y no usé

ayer me fui a tomar el subte línea b a las 6 y media de la tarde, estación Pasteur. pagué, pasé el molinete, llegué al andén, cuando vi cómo venían los vagones me desesperé y decidí que por nada del mundo quería estar ahí arriba ni empujar para subir así que deshice mis pasos y salí a la superficie nuevamente dispuesta a caminar las cinco estaciones de subte que me separaban de mi destino. caminé contenta con música acompañante, hacía calor, ya había estado caminando todo el día, estaba cansada. me acercaba a donde tenía que llegar, pero eran unas calles intrincadas de almagro, cerquísimo de Angel Gallardo y Corrientes, pero logré perderme, fiel a mi sentido de desorientación absoluto. tuve la mala idea de preguntarle a un policía (¿por qué, malena, por qué?) que tardo mucho en no explicarme nada. como estaba llegando tarde, y yo me jacto de puntual, decidí subirme a un taxi. indico las calles y le digo al taxista que estoy perdida y no entiendo dónde está esa intersección. en el trayecto de dos cuadras separadas por dos semáforos en rojo y mucho tránsito de un viernes a las 7 de la tarde, el conductor me dice que desde esa esquina en la que estamos, estoy a dos cuadras de mi destino pero que el tiene que dar una vuelta enorme para retomar. entonces decido que es mejor pagarle los 6 pesos que me costaron las dos cuadras arriba del móvil, bajarme y seguir caminando. así lo hice, y me reí sola esas dos cuadras de lo ridículo que fue que pagué dos medios de transporte que en definitiva no utilicé y que todo eso me había pasado a falta de bicicleta.

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