Estaba escribiendo sobre la llegada de julio y los ciclos cuatrimestrales de mi vida, cuando entró Julio por la puerta de la oficina, y bien desde temprano me empezó a torear. Me mandó un mensaje que nunca vi preguntando si había yerba en la oficina. Como no le contesté, compró. ¿Y qué compró? La única yerba del mercado que no me gusta: "la tranquera", que no sé si es porque el nombre me sugestiona, pero creo que tiene gusto a caballo. Entonces empezó con que a mí no me interesa el mate, cuando antes de que entrara él yo era la única que tomaba mate en este lugar. Y él me sacó mi papel de cebadora oficial, lo cual en realidad no me molesta porque ahora tomo mate sin hacerlo.
Y después de esta discusión llegamos a la conclusión de que alguien se tiene que llamar junio porque otro de los chicos se llama Mallo (de apellido) y el se llama Julio, así que nos falta el del medio, y yo me ofrecí. Hola, desde hoy me llamo Junio. Y pueden escuchar el soundtrack de "la joven vida de juno" que es muy bueno.