Hoy saqué de mi ropero un par de zapatillas, por la lluvia que no llegó. Estas zapatillas me las compré hace más de dos años y todas, absolutamente todas, las veces que las usé me sacaron ampollas en los talones. Siempre las guardo con bronca, las revoleo al fondo del piso del placard. Hasta que un buen día, como hoy, decido que les voy a dar una oportunidad más, que ya se tienen que haber amoldado a mi. Pero no. Volví a mi casa con sendas ampollas en los pies y con mucho dolor para caminar las cuadras que me separaban de las paradas de colectivos. Juro solemnemente que no las voy a volver a usar. Si alguien quiere un par de vans de las comunes, negras con la raya esa blanca, talle 37, se las vendo a un precio módico, porque yo no las pienso usar más. ¡Pare de sufrir!, me dije a mí misma.
Asumo que esta promesa no será del tipo "mañana empiezo el gimansio". Es decir, esas que sabemos que no se cumplen.
6 comentarios:
Las Vans son geniales.
si regalo algo usado soy una rata no? y... si...
PD cuanto pedis? jajaa
permuto por dos escarbadientes usados por fernando niembro y un cassette con los grandes exitos de manuel wirzt
donalas al cuerpo de paz o a una iglesia...
slds
pd: un tal león, pone el cassette en de remate que yo subasto como loco!!
yo te las compro. las mías murieron
y de paso te doy tus zapatillas! malena por favor, yo sé que no querés verme, pero al menos veámonos para que te devuelva tus zapas!
besote
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