¡Todo era amor...amor! NO había nada más que amor. En todas partes seencontraba amor. No se podía hablar más que del amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor al plazo. Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas....
Amor espematozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus fatas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas. Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas ajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto. Amor incadescente y amor incauto. Amor indeformable. Amor desnudo. Amor-amor que es, simplemente, amor. Amor y amor... ¡y nada más que amor!
Oliverio Girondo
(odiame como aman los amantes)
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