mis vacaciones no podían empezar con normalidad. siempre tiene que haber algún contratiempo, sino ¿cuál es la gracia? descontando que los económicos pasajes en tren terminaron siendo más caros que un bondi directo a San Esteban, nos subimos contentas por la aventura a dicho medio de transporte. pasadas las 12 horas de viaje, cerca de la ciudad de Córdoba, el tren descarriló. sí, eso que uno cree que a uno nunca le va a pasar, eso que no pasa y por lo que es más seguro viajar en tren que en micro, nos pasó a nosotras. yo entre sueños, me fui enterando, y mis amigas bajaron a fumar al terraplén mientras se arreglaba la máquina. yo me dormí de nuevo. cuando volví a abrir los ojos el tren ya estaba en movimiento y la gente a mi alrededor se encargó de comunicarme que mis hermosas y estúpidas amigas se habían quedado abajo y el tren se había ido sin ellas. ok, me tranquilicé, me puse cómoda y llegué sola a Córdoba capital, cargando el equipaje de tres, a esperar que su sentido común funcionara y llegaran a la terminal unas horas después. claro que todo salió muy bien y ellas llegaron a las 3 horas con los pasajeros heridos durante el accidente, los operarios de Ferrocentral y muchas porciones de torta que les regalaron porque el vagon comedor había sido el más afectado.
las vacaciones así empezaron, con mucha risa, mucho cuelgue, mucha torta y un viaje gratis porque nos devolvieron la plata del pasaje.
1 comentario:
encima de todo lo que te pasó pienso que la palabra "descarrilar" es bastante fuertecita! jajja
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