8.2.06
Y ahora que no sé ni donde estoy parado ¿qué hago?. No me acuerdo mi nombre ni siquiera. No sé quién es la gente que me rodea ni por qué están acá ni si son amigos o me quieren matar. No tengo a quien preguntarle porque pueden mentirme y me invade una desesperación atroz que me sofoca, me asfixia, no me deja respirar. La saliva se está acumulando en mi boca y a estas horas alcanza para tener un nuevo río en la Argentina. Cierro los ojos, haciendo de cuenta que sigo inconciente, cada vez que alguien da vuelta la cabeza para mirarme. No quiero que me encuentren despierto, no quiero intentar hablar, no quiero hablar más conmigo mismo, siento que estoy enloqueciendo. Y si alguien me llega a ver y viene a sacudirme voy a gritar desde lo más profundo de mi garganta aunque sé que no voy a emitir ningun sonido porque debo estar mudo.
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